jueves, 11 de diciembre de 2008

Tierra y Homo Sapiens ¿Algún día juntos?

Una brisa de mar nos embrujó y nos llevó hacia el horizonte. Allí nos bañamos en suspiros de placer y jugamos a promesas inventando primaveras pero lejos de hacerse interminable nos hicimos cobardes y cobardes convalecemos desde entonces. Nos lanzamos cuchillos a traición y la penumbra cubrió nuestras almas ilusas, que fueron transportadas por suave brisa y convertidas en solitaria ceniza. Sólo bastó el canto de un ruiseñor para resucitar lo que hayabamos perdido, las habitaciones compartidas, los sueños perdidos y tuvimos el placer de volver a ese mundo donde todo sabe mejor porque ahora vuelve el reflejo del ayer, el recuerdo de una calle, una playa, una mirada o un atardecer.
Ahora todo florece del barro dónde no podemos volver porque no hayaríamos camino para regrasar. Así pues, miremos hacia ese mar y démonos motivos suficientes para no tener que escuchar otra vez el canto de aquel ruiseñor porque entonces no volverían risas, llantos, miradas ni siquiera dulces calendarios que nos recuerden que aún existimos. Entonces miremos antiguas reliquias, dibujemos un mundo dónde no haya lumbres apagadas, juguemos a principes y princesas pero sólo si al final del cuento seguimos estando tú y yo......